Si ha habido y habrá una musa en el mundo del arte siempre será ella. No sé sabemos es por la ya famosa intrigante sonrisa o porque a través de su mirada creemos ver todo lo que piensa, pero la Gioconda siempre nos ha fascinado. Nuestros broches no tienen rostro porque no hace falta. Que cada uno le pinte la sonrisa que quiera.

Siempre hemos sentido devoción por los sueños azules de Marc Chagall casi desde que teníamos uso de razón. Sus cuadros de animales de colores, cuerpos en danza y casas invertidas son parte de nuestro imaginario visual, así que no hemos podido resistirnos a la hora de homenajear uno de sus lienzos más bonitos, El Circo Azul. Colgando boca abajo os saluda la trapecista...

De nuevo rendidas, inevitablemente, ante Marc Chagall. Sus figuras son todo un regalo de entramados y capas, complicadas hasta el detalle más extremo... Y a Caperucita Rusa le encantan los retos.